Argentina, 100 días de cuarentena: Entre la conciencia y la inconciencia ciudadana

Por Tec. Gabriel Alejandro López Pepa

El 20 de marzo Argentina pasó a estar en el denominado “Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio por pandemia de coronavirus. Desde ese momento, las restricciones cambiaron según los casos de cada región. La nueva etapa implica una serie de medidas destinadas a reducir la movilidad y el uso del transporte en el AMBA.

Este sábado se cumplen cien días de aislamiento social, preventivo y obligatorio, que comenzó el 20 de marzo cuando el Presidente Alberto Fernández, de forma precavida e inteligente, junto a un grupo de profesionales de la salud, lanzó un decreto mediante el cual se prohibía a toda la ciudadanía abandonar sus hogares con la excepción de aquellas actividades denominadas esenciales (Salud y Seguridad), con el fin de frenar la propagación del COVID-19 en la Argentina. Desde ese entonces hasta ahora, la vida cambió radicalmente para toda la gente.

Desde aquel inicial anuncio, las clases escolares y universitarias presenciales quedaron suspendidas, medida que hasta el día de la fecha continúa vigente, las instituciones tuvieron que adaptar mediante medidas conjuntas entre el Ministerio de Educación Nacional y establecimientos escolares y universitarios, las clases, las cuales ya no podrían ser más presenciales. Estas medidas tuvieron su grado de conciencia e inconciencia ciudadana al igual que en todo, hubo docentes que se quejaron por la carga horaria de trabajo, estudiantes y padres objetando fatiga ante tanta tarea y autoridades diciendo que por favor no se sobrecargue a ninguna de las partes.

Otro fue el caso de los bancos, que en el inicio de la cuarentena comenzaron cerrados, luego ante muchos problemas hasta hoy siguen funcionando con la modalidad de turnos y protocolos sanitarios correspondientes. Al principio las medidas económicas paliativas dispuestas a sostener el consumo interno de los ciudadanos y a garantizar a empresas y comercios el hecho de que no cierren provocaron algunos tipos de caos sociales en cuanto a las colas desde la madrugada y contagios masivos tras estas filas lo cual impulso nuevas medidas de distanciamiento social aplicadas mediante la terminación del número de DNI de los ciudadanos. En la nueva etapa de cuarentena más restrictiva que regirá desde el 1 al 17 de julio para el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), permanecerán abiertos los bancos.

Algo igual sucede con los supermercados, farmacias, almacenes de cercanía, kioscos, y estaciones de servicio que en todo momento estuvieron habilitados a abrir, lo cual impulsó en muchas provincias al comercio barrial dejando de lado así los recorridos a los centros álgidos de abastecimiento. También impulsó el uso de las nuevas tecnologías al servicio de la venta de locales de ropa y establecimientos comerciales de electrodomésticos que tuvieron que cerrar sus puertas al público, pero no dejaron de vender. En este sentido también existe la inconciencia ciudadana cuando algún grupo de empresarios y comerciantes bastante “picaros” dejaron en la calle a cientos de trabajadores con excusas poco creíbles y desafortunadas.

El aprovechamiento político de la pandemia no se hizo esperar, los sectores opositores al presidente y a los gobernadores de turno se hicieron oír y objetaron las medidas de aislamiento en pos de levantar la banderas de la “libertad” (totalmente inconscientes) algunos aún no saben ni sabrán si hablaban de libertad de comercio por ser políticos defendiendo intereses de empresarios acaudalados o libertad constitucional que nunca se perdió ya que el aislamiento se dio en contexto de prevención y cuidado.

Pero lo poderoso de los medios masivos de comunicación taladrando conciencias de los ciudadanos, sumado a los políticos opositores de turno, hizo que un conjunto de ciudadanos pensara que lo que decían estos paladines de la “libertad” era cierto y que seres como Donald Trump y Jair Bolsonaro “habían hecho las cosas bien”.

Lamentable fue el desenlace atroz de estos países que al día de la fecha cuentan con millones de víctimas fatales que no tuvieron la cobertura de un Estado presente. A contrapartida de Argentina EEUU y Brasil no dejaron de abrir locales y mucho menos advirtieron a las personas sobre “quedarse en casa”.

Hoy a cien días de la cuarentena, ¿Hicimos las cosas bien los argentinos? Lo que puedo decir desde mi humilde mirada es que autoridades, personal de salud y de seguridad entregaron (algunos hasta su vida) en pos de defender a la ciudadanía argentina e hicieron lo mejor que pudieron para que Argentina tenga hoy una de las tasas más bajas de muertes y contagios.

Por otra parte, estará en cada uno de nosotros el opinar y pensar si hicimos bien o mal, ¿Salimos de nuestras casas? ¿Nos quedamos acatando las normativas? ¿Ayudamos al prójimo o priorizamos nuestros intereses mezquinos?

Una frase con la que me quedo, importante ella como también significativa es la que dijo el Sr. Presidente, “La libertad se pierde cuando uno muere, para ser libres hay que vivir, cuidemos la vida”.

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