Amaya, por su parte, fue más escueto a la hora de comunicar su decisión. «El diálogo y el consenso siempre prevalecen cuando la construcción es colectiva y sin mezquindades personales. Tucumán necesita una verdadera transformación. Apoyo a
@SilviaEdePerezcomo candidata a gobernadora de nuestra provincia», manifestó en sus redes sociales, echando por tierra las posibilidades de que la «pata peronista» de Cambiemos encabece la boleta el próximo 9 de junio.
Se cuecen habas
El encolumnamiento detrás de Elías de Pérez es un triunfo para el armado electoral de Cambiemos en cuanto se evitaron las disputas internas que más de un dolor de cabeza están generando al espacio político de Macri en distritos como Córdoba, donde la puja entre los radicales Mario Negri y Ramón Mestre provocó la fractura de la coalición. Sin embargo, tampoco pasó desapercibido en la UCR que la candidatura de Elías de Pérez responde a una estrategia diseñada por el armador de la campaña a nivel nacional, Marcos Peña, y a los intereses del PRO más puro a nivel nacional.
De hecho,
Cano había sido descartado por el jefe de gabinete debido su férrea defensa de medidas antipopulares durante su gestión en el
Plan Belgrano, primero, y como diputado nacional, después, que terminó de desgastar su imagen. Por esas cosas que sólo se entienden en la lógica de la política, la fidelidad al gobierno, así como también sus numerosas postulaciones, lo conviertieron en el precandidato con menos chances de triunfar.
En el caso de Prat-Gay, los altos niveles de desconocimiento en el electorado y el adelantamiento de las elecciones de agosto a junio, lo alejaron de la pelea. Pese a que la difusión de
una encuesta de la consultora ARESCO lo envalentonó hacia fines de 2018, lo cierto es que un candidato foráneo, con poco tiempo para posicionarse en la Provincia, no aparecía atractivo ante los ojos de
los armadores de la Casa Rosada. Si a esto se le suma las críticas que Prat-Gay realizó contra el gobierno nacional,
que le valieron la antipatía de Peña, prácticamente no había manera de sostener sus aspiraciones.
Amaya, en tanto, se desempeña como funcionario en la órbita del Ministerio del Interior, comandado por Rogelio Frigerio, quizá uno de los más hábiles negociadores del Gobierno Nacional y la muñeca clave para negociar con el peronismo en todas su variantes a lo largo y a lo ancho del territorio. Es probable que la permanencia de Amaya en Cambiemos se deba al vínculo personal que lo une con Frigerio, un ministro que fue señalado como representante del «ala política» de Cambiemos y la antítesis de Peña en las horas más duras que vivió el gobierno Macri, cuando el dólar desbocado dio un salto cuántico y la necesidad de dejar de lado la ortodoxia PRO se hizo palpable frente a la urgencia de generar acuerdos para la gobernabilidad. En ese momento, el jefe de gabinete dio un paso al costado y bajó su nivel de exposición pero más temprano que tarde volvió a los comandos como mano derecha de Macri en el tramo final del mandato y armador de la campaña junto al «gurú» Jaime Durán Barba.
En ese contexto, con un armador «paladar negro» que responde al PRO de la primera hora, las chances de Amaya se redujeron a la mínima expresión. La cartelería con su rostro en las calles de la Capital fue más que nada un recordatorio para decir «AquíEstoy», a sabiendas de que los cargos nacionales alejan a los dirigentes del territorio y la gente se olvida rápido si no hay un día a día.
Un compañero para la fórmula
El «cupo peronista» de Cambiemos se respetó, eso si, al evitar siquiera poner sobre la mesa de discusión un plan B para la intendencia de San Miguel de Tucumán, actualmente a cargo de Germán Alfaro.
Sin embargo, no son pocos los que señalan que, anclado en su poder territorial, el jefe municipal baraja la posibilidad de imponer el nombre de su esposa, la diputada
Beatriz Ávila, como compañera de fórmula de Elías de Pérez. No es un dato menor que a ambas mujeres las una la militancia
«A favor de las dos Vidas» que fue, en definitiva, la que catapultó a la senadora como
una figura del macrismo a nivel nacional durante el debate por el
Proyecto de Ley de Interrupción Legal del Embarazo (I.V.E) y un
aspecto evaluado por el equipo de campaña, en base a las tendencias que predominan en el electorado tucumano, si es que se piensa cuantitativamente
en términos de «verdes» y «celestes».
Pero retomando los nombres en danza para acompañar a Elías de Pérez en la fórmula, los empresarios Facundo Garretón y Juan Manuel Paz pican en punta; le siguen Domingo Amaya y Alberto Colombres Garmendia e intenta colarse en la pelea Ávila, apalancada desde la intendencia, donde su marido tiene la casilla del medio desde el 2015, cuando se aseguró la mejor tajada del «Acuerdo para el Bicentenario», una experiencia que deparó otra suerte para sus otrora compañeros Cano y Amaya.
Sin embargo, Elías adelantó que se tomará unos días para definir quién la acompañará para dar batalla y marcó de antemano la cancha: «Sin ninguna duda, a la decisión la voy a tomar yo».
fuente: el tucumano