Con una gran fiesta, «La Calesita» festejó sus 50 años con el acompañamiento de toda la comunidad
Héctor Medina y Rosita Ojeda llegaron en 1968 con este entretenimiento infantil y se transformaron en hijos adoptivos de Las Termas de Río Hondo.
LAS TERMAS, Río Hondo (C). Con un marco de público extraordinario, «La Calesita» festejó con una gran fiesta sus bodas de oro entreteniendo a varias generaciones de termenses, que en su niñez disfrutaron de la alegría de un atractivo que se mantiene hace 50 años brindando recuerdos imborrables a esta comunidad.
Las secretarías de Gobierno y de Turismo, Cultura y Deporte organizaron en el lugar donde funciona «La Calesita» una movida recreativa y artística donde desde las 16 los niños disfrutaron de vueltas gratis, posteriormente se desarrolló un acto protocolar donde brindó unas palabras el fundador del juego, Héctor Medina, quien agradeció a todos por este festejo, y por acompañarlos desde siempre. Mukdise expresó el agradecimiento a esta familia a la cual describió como «los constructores de la felicidad de miles de niños y varias generaciones de familias termenses». El municipio entregó un reconocimiento a la familia Medina y a la gente que trabajó durante estos 50 años; luego proyectaron un video; y hubo un show infantil con magia, juegos, recreación infantil, sorteos y desfile de disfraces.
Cabe destacar que entre las actividades programadas sobresale un Concurso de Muralismo impulsado por la Secretaría de Turismo, en el que están participando artistas independientes, colectivos artísticos y estudiantes de artes y materias afines de escuelas de la ciudad, individual y grupalmente sobre «La Calesita» y su historia.
La historia
Héctor Medina y Rosita Ojeda llegaron en 1968 a Las Termas de Río Hondo desde la ciudad de Rosario con una mochila llena de sueños e ilusiones, en especial de Héctor que siempre quiso tener su propia calesita. Los primeros años vinieron solo en temporada, hasta fines de agosto, hacían el verano con la calesita en Córdoba. Hasta que un día decidieron quedarse para siempre en la ciudad a partir de 1974.
Hoy padres y abuelos llevan a sus hijos y nietos a disfrutar del mundo infantil de «La Calesita». En Rosario, Héctor trabajaba en un taller metalúrgico como herrero artístico donde aprendió todo sobre construcciones con hierro y metales.
«La Calesita es testigo de tres generaciones, hoy hay abuelas que nos cuentan que cuando eran chicos venían a jugar», describe un emocionado Héctor acompañado de su esposa. Más adelante amplió: «Cuando llegamos a Las Termas la calesita era algo novedoso, solo la gente tenía como atracción los parques ambulantes, los circos. Construir una calesita surgió de la insistencia de un cuñado que tenía una y me dijo ‘vos que sos habilidoso con los fierros hacé una’. Este cuñado trabajaba en el correo en ese tiempo y tenía una calesita y como no lo mandaron más a Las Termas me dejó el lugar».
Su esposa de toda la vida, Rosita, le contó a EL LIBERAL, que cuando eran novios su marido «ya tenía en la cabeza que quería construir una calesita; los domingos salíamos a dar una vuelta por las plazas de Rosario para ver cómo estaban armadas. En su trabajo se quedaba fuera de horario para construirla; el patrón lo dejaba; él construyó en su totalidad la estructura».