De «El Marginal» a la cárcel de Ezeiza: al igual que su personaje, Martina Gusmán ayuda a los presos en su reinserción La actriz, que a fin de año se recibe de psic

La actriz, que a fin de año se recibe de psicóloga, habla de su vocación por la actividad social: «A los 13 años empecé a militar en villas», dice, en una entrevista exclusiva con Teleshow

«​La idea no es convertir San Onofre en un jardín de infantes, sino mejorar las condiciones de los internos».

Si bien la presentación que Antín (Gerardo Romano) hizo de Emma Molinari (Martina Gusmán) tuvo lugar en la segunda temporada de El Marginal, ya habíamos conocido a la asistente social en la primera. Sin embargo, al tratarse de una precuela, los guionistas de la serie lograron que en esa escena se contara por primera vez su llegada al penal.

Pasaron cuatro años entre las grabaciones de la primera y la tercera -que se está emitiendo ahora por la TV Pública- y también hubo muchos cambios y transiciones en la vida de la actriz. «Fui mamá», es lo primero que destaca en una entrevista exclusiva con Teleshow.

«En la primera me acompañó desde la panza -por su avanzado estado, debió quedar embarazada en la ficción- y nació unos meses después de haber terminado el rodaje», cuenta sobre su hija menor Lucero (que hoy tiene tres años), fruto de su relación con el director Pablo Trapero.

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La fuerte escena de Martina Gusmán en la que su personaje sufre una sobredosis (Video: «El Marginal», Contar)

Justamente por el paso de los años, y por la línea temporal de El Marginal, Gusmán explica que debió deconstruir su personaje para llegar al que se está viendo actualmente. «La Emma de ahora es la consecuencia y la secuela de una mujer que necesita anestesiarse después de haber vivido todo lo que sufrió en la 2, en donde era un poco más ingenua».

«En El Marginal 3, toca fondo: se tiene que enfrentar a los fantasmas contra los que ella misma lucha e intenta modificar. Necesita tocar fondo para después llegar a la Emma de la 1«, reflexiona y asegura que, debido a los saltos de tiempo, «fue bastante complejo entender para dónde ir».

Cuando la ficción supera la realidad. La experiencia de Martina Gusmán en Leonera(2008) y las grabaciones de El Marginal despertaron una inquietud que la llevó a investigar y reunirse con mujeres que estaban detenidas. «Había algo que siempre me preguntaba sobre la reinserción social», cuenta quien coordinó un taller en la unidad 18 de la cárcel de Ezeiza.

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En la ficción, la actriz interpreta a la asistente social de San Onofre (Video: «El Marginal», Contar)

Fueron 12 encuentros en los que realizaron todo tipo de actividades artísticas con el fin de adquirir habilidades sociales para la reinserción: obras de teatro, películas, escritos, debates de cine. «Cosas que los inviten a proyectarse como sujetos constructores de sus propios destinos en el afuera», detalla y califica dicha experiencia como enriquecedora.

En tanto, ya está planeando seguir con su vocación social y hacer más talleres en otros penales junto a un compañero que es profesor de teatro y actor.

Por otro lado, cuando comenzó a grabar El Marginal, Martina comenzó su proyecto en conjunto con Fundación Sí -liderada por Manuel Lozano-. Allí, realiza distintos tipos de tareas que hoy, asegura, ocupan el cincuenta por ciento de su vida: forma parte de un grupo de acompañamiento de gente en situación de calle, coordina una residencia universitaria y también participa de manera activa en el equipo de psicología. «Había una mezcla de ficción y realidad bastante particular», reconoce sobre su rol social sumado a las grabaciones del unitario de Underground.

«Terminé de cursar la carrera de psicología, solo me falta la tesis», destaca quien se recibe a fin de este año. «Desde que comencé la serie, mi actividad social cobró mucha más relevancia», confía quien también formó parte de las películas La quietud, El hijo, Lucía y Quemar las naves.

Martina Gusmán interpreta a Emma Molinari en El Marginal (Foto: Cony La Greca)

Martina Gusmán interpreta a Emma Molinari en El Marginal (Foto: Cony La Greca)

Por su parte, sostiene que su inquietud relacionada con lo social fue «desde siempre», ya que sus padres fueron militantes en la época de los 70. «Yo milité desde los 13 años en diferentes villas. Cuando era chica estaba más asociada a partidos de izquierda. De grande, estaba más deseosa de poder encontrar un espacio que sea apartidario: que tenga que ver más con lo social», cuenta quien también fue parte de la serie El mundo de Mateo.

Emma vs Martina. A la hora de compararse con su personaje, la actriz destaca que ambas comparten sus ideales, «la esperanza por un mundo más lindo y la lucha y la capacidad de poner el cuerpo». «En cuanto a la vida más íntima, ella está sola y toca fondo. En ese aspecto, no tiene nada que ver con Martina, que es súper sociable y está rodeada de amor y tiene una actitud mucho más optimista«, aclara la artista que está en pareja con el director Pablo Trapero, con quien tiene dos hijos: Mateo (17) y Lucero (3).

Su experiencia en la ex cárcel de Caseros. Pasaron cuatro años desde la primera vez que Martina Gusmán entró al penal en donde se grabaron todas las temporadas de la serie, y si bien con el tiempo se acostumbró y logró verlo como un set de filmación, admite que sus sensaciones en ese entonces fueron muy impactantes.

«Cada vez que uno entra es súper fuerte. Por más que después se convierte en un lugar al que vas todos los días y estás rodeado de gente, no deja de tener una historia muy fuerte atrás: pasaron muchas cosas, hubo mucho sufrimiento, muchas peleas, muchas penas a pagar. Y eso se siente en las paredes…«.

Martina Gusmán y Juan Minujín en la primera temporada de El Marginal

Martina Gusmán y Juan Minujín en la primera temporada de El Marginal

«Además, la primera vez que entré, estaba embarazada. Teníamos los tráilers para cambiarnos y maquillarnos en la calle y trataba de estar afuera y solo entrar al momento de filmar«, recuerda y sostiene que en la segunda temporada se transformó definitivamente en un set y que, incluso, todos los viernes hacían asado.

«De todas maneras, siempre me manejé con todo el grupo y solo en los sectores que filmábamos. Había lugares que no usábamos para la serie y si no íbamos todos juntos, trataba de no transitar«, concluye Martin Gusmán sobre las instalaciones de la ex cárcel de Caseros que están abandonadas.

 

fuente:teleshow

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