El Gobierno otorgará becas educativas a los hijos de los tripulantes del ARA San Juan

 

Tras el paso por el Congreso del ministro de Defensa, Oscar Aguad , adonde informó sobre la búsqueda del ARA San Juan , el Gobierno publicó hoy un decreto en el Boletín Oficial en el que anuncia que se otorgarán becas estudiantiles a los hijos de los tripulantes del submarino desaparecido el 15 de noviembre.

Los hijos de los 44 tripulantes deberán tener entre 3 y 25 años para ser acreedores de las becas. «[Las becas] tendrán una vigencia anual prorrogables año a año en cuanto se acredite la continuidad de los estudios en los establecimientos del sistema oficial de educación», se detalla.

Se fija como condición necesaria para el otorgamiento de las becas «la regularidad en el cumplimiento de los planes vigentes para el nivel de instrucción que corresponda y la aceptación del becario y/o su representante legal para la realización de las medidas de verificación necesarias».

Los montos que otorgará el Estado a cada becario se efectuarán en un máximo de diez cuotas mensuales «y consistirán en un porcentaje del salario mínimo vital y móvil, vigente a la fecha de pago, para cada nivel educativo».

Escala de porcentajes del salario mínimo vital y móvil destinados a los hijos del personal tripulante del submarino ARA San Juan

  • Pre-escolar 35%
  • Primario 40%
  • Secundario 50%
  • Superior No Universitario 55%
  • Superior Universitario 60%

Fundamentos

La normativa destaca que los tripulantes del ARA San Juan eran «mayoritariamente el principal sostén económico de sus familias», que «en muchos casos se encuentran integradas por hijos en edad escolar».

También remarca que el Estado «ha dado continuas muestras de su inquebrantable compromiso para el reconocimiento a los tripulantes del submarino por su sacrificio supremo en cumplimiento de su deber al servicio de la defensa nacional».

Según el decreto, «resulta pertinente brindarles asistencia económica para permitir el desarrollo educativo de los hijos de los tripulantes».

Fuente: La Nación

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