El segundo semestre, afectado por el dólar y las tasas

Si la economía argentina fuera un alumno, no tendría en los próximos seis meses un boletín con buenas calificaciones para mostrar a sus padres, ya que, otra vez, las proyecciones para el tan mentado «segundo semestre» no son alentadoras. Tan solo podría echar mano a la promesa de que sus notas mejorarán en el futuro apoyado sobre dos espaldarazos recibidos el miércoles pasado: el directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) dio su visto bueno final para el envío de los primeros US$15.000 millones a la Argentina y la sociedad Morgan Stanley Capital International (MSCI) recalificó al país como mercado emergente.

Una simple comparación puede dar lugar a la posibilidad de ilusionarse con estas dos noticias, que aparecen como un respiro ante tanto dato negativo: según la consultora Eco Go, las acciones locales de los últimos tres países calificados como mercados emergentes subieron 38% en el año posterior al anuncio. Estos fueron los casos de Qatar (mayo de 2014), Emiratos Árabes Unidos (mayo de 2014) y Pakistán (junio de 2017). De pasar algo similar acá, se estima que podría llegar el 1% de los US$500.000 millones que tienen los inversores globales volcados en mercados emergentes.

Construcción: la restricción financiera hizo que se recortara la obra pública, al tiempo que la obra privada también se ve impactada por un encarecimiento del crédito hipotecario y por una menor disposición de los bancos a prestar. Puede terminar el año con un crecimiento de solo 5%. Crédito: Shutterstock

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