En Tucumán creció la venta de fórmulas para dietas y de ansiolíticos

Por Lucía Lozano

Qué dicen los farmacéuticos consultados.

En las primeras semanas después de que comenzaron los confinamientos por la pandemia de covid-19, la vida social se detuvo de repente. Las calles estaban prácticamente vacías. Pero había una imagen que sobresalía en ese escenario de desolación y eran las colas en las farmacias. Aun cuando las guardias de los hospitales estaban muy tranquilas en esas semanas, la venta de medicamentos nunca disminuyó. Todo lo contrario.

Las farmacias se convirtieron en el reflejo de lo que estamos viviendo hace más de un año. Son el termómetro de cómo nos afectó la pandemia a nivel físico y mental. Estuvimos más tiempo en casa y eso se tradujo en más automedicación. Además, ciertas líneas de productos aumentaron las ventas y, en algunos casos, llegaron a triplicarse. Por ejemplo, las fórmulas dietéticas, los complejos multivitamínicos y los ansiolíticos.

Un recorrido por algunas farmacias que están en el microcentro muestra, en primer lugar, que una buena parte de las personas que buscan medicamentos no lleva una receta en la mano. Y que el paracetamol es ahora uno de los fármacos más pedidos, al punto que casi iguala en ventas al ibuprofeno, según cuenta Mónica Lobo, encargada de una farmacia. “Llevan remedios dietéticos, fármacos para problemas digestivos y para dormir. El estrés, las malas posturas y la falta de actividad física también incrementaron el uso abusivo de los analgésicos en la pandemia”, analizó de acuerdo a lo que le comentan sus clientes.

“Los analgésicos siempre están arriba en el ranking de los remedios más vendidos, al igual que los que se usan para los males estomacales y aquellos que toman los pacientes con patologías crónicas (diabetes o hipertensión, por ejemplo). Pero desde hace un año también hemos visto que aumentó la venta de ansiolíticos”, explicó el presidente del Colegio de Farmacéutico de Tucumán, Emilio Alves.

La ivermectina, que antes se recetaba como antiparasitario, también subió al podio de los remedios más solicitados, al igual que el spray nasal en un momento de la pandemia, remarcó. “Con el paracetamol hubo un descontrol. Hay que darle una orientación al ciudadano. Si bien son medicamentos expendidos bajo receta, la gente los consigue y la farmacia los vende. Lo que las personas no saben es que no se puede usar todo el paracetamol que uno quiera”, aseveró. La dosis de paracetamol adecuada es de tres gramos por día. Se puede tomar un gramo cada ocho horas o 500 miligramos cada seis horas. Un mayor consumo de este fármaco es un peligro a nivel hepático.

A Alves lo que más le aflige es la adquisición de medicamentos sin orden médica y en sitios no autorizados (por ejemplo, por internet), lo que aumentó de forma alarmante en Tucumán en los días de confinamiento y hasta ahora.  Entre los remedios que más se ofrecen en la web figuran los complejos de vitamina C y D. Esta última, en especial porque se habló mucho sobre sus beneficios para proteger al organismo ante la covid-19. (Ver aparte)

Cambio de hábitos

Lucila Unías, docente de la cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNT e integrante del Grupo Argentino para el uso Racional del Medicamento (Gapurmed) también sostiene que la pandemia visibilizó e incrementó la automedicación. “Cambiaron hábitos de consumo y, pacientes  que en otro momento buscaban la prescripción médica, directamente repitieron una prescripción anterior o buscaron consejo no profesional ante un síntoma determinado. Los medios de comunicación también incrementaron las propagandas sobre medicamentos; si se observa, de 10 propagandas en canales de aire, siete son promocionadas por la industria farmacéutica, brindando  soluciones fáciles y mágicas a síntomas y signos que el paciente compara con el de la publicidad y por lo tanto infiere que la resolución será igual”, explica.

La especialista remarcó que se trata de una situación muy grave porque el paciente no está capacitado para diferenciar un síntoma y este también puede encubrir una patología grave, postergando el diagnóstico certero; y por lo tanto el tratamiento correcto. “La otra consecuencia severa es que todos los medicamentos son potencialmente nocivos, todos, y por lo tanto pueden originar patologías farmacológicas leves ( náuseas), pero también severas ( nefrotoxicidad, por ejemplo) y letales”, precisó.

Según detalló, se incrementó el consumo de psicofármacos, los usados como ansiolíticos o hipnóticos; de analgésicos (paracetamol e ibuprofeno fundamentalmente), también diclofenac y dipirona; y de inhibidores de la acidez gástrica como omeprazol.

“Estos remedios, que están dentro de los grupos más. vendidos, son productores de numerosos efectos adversos. También la amoxicilina (antibiótico), enalapril ( antihipertensivo),  levotiroxina (hormona de acción sustitutiva), cuya prescripción debe ser controlada por el especialista , si bien su uso es crónico, el paciente debiera recurrir a la consulta”, remarcó.

A esta situación, resalta Unías,  se agrega el marcado incremento de los precios que sufrieron tanto los medicamentos que deben ser prescriptos como los de venta libre. Los aumentos fueron en promedio del 46%. Los fármacos de alto costo , destinados a patologías como VIH o Hepatitis C, incrementaron sus precios un 55%.

Si se comparan dos productos  (teniendo en cuenta que hay una gran variedad de marcas) vemos la diferencia exorbitante, especifica la profesional:

– En 2019: un ibuprofeno 600 por  20 comprimidos costaba  $ 95. En 2021, $ 454.

– En 2019: un cenocumarol 4 mg por 20 comprimidos valía $ 387 y en 2021, $ 1.710.

La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) también informó que durante el año pasado los aumentos de los fármacos estuvieron muy por encima de la inflación.

Los más pedidos

Lo que pasó por nuestra cabeza también impactó y sigue impactando en las farmacias, sostiene  David José Merep, de la Cooperativa Farmacéutica de Provisión y Consumo (Cofaral) En comparación con 2019 subió la venta de ansiolíticos y de antidepresivos. Esto se puede relacionar al efecto del aislamiento, la incertidumbre, las crisis social y económica, resala.

En medio de la pandemia de insomnio, subió un 20% el uso de los medicamentos de venta libre que ayudan a mejorar el sueño o el descanso, como los desarrollados a base de tilo. La venta de tranquilizantes se incrementó un 7% de acuerdo con los datos de COFA.

Decreció el consumo de medicamentos de invierno porque en 2020 se contagió menos gripe y resfríos. Bajaron un 50% los antigripales de venta libre. El consumo de vitamina C subió un 96%. Se redujo un 20% las ventas de productos de dermatología (tratamientos de belleza, para el acné, y para enfermedades de la piel). Y un 15% los analgésicos antirreumáticos y para el deporte, adjudicados a la situación de aislamiento, porque generalmente se usan más cuando las personas tienen una actividad intensa. Finalmente, subieron un 200% los antisépticos y desinfectantes y  entre un 15% y un 20% los protectores y cremas para las manos debido al efecto de lavarlas con frecuencia y el uso de alcohol en gel.

Por qué la vitamina D es tan importante y cómo podemos incorporarla al organismo

Esta semana y ante el avance de la segunda ola de covid-19 el doctor Luis Medina Ruiz, secretario ejecutivo del Siprosa, recomendó a la población consumir vitamina D. Existen algunos estudios científicos muy recientes que muestran que las personas que cubren el requerimiento de vitamina D tienen su sistema inmune en mejores condiciones que aquellos con deficiencia. Una  investigación publicada en el Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism de la Endocrine Society reveló que la falta de vitamina D podría ser un factor en común entre las personas con un cuadro más grave de coronavirus que requieren hospitalización.
La vitamina D ayuda además al metabolismo óseo, la autorregulación del calcio y las funciones del sistema inmune. Esta vitamina se puede producir en la piel a partir de la exposición a la luz solar. Basta con exponer dos veces por semana los brazos y las piernas al sol, de cinco a 30 minutos fuera de los horarios riesgosos (entre las 10 y las 16 no es recomendable).

¿Cuáles son las fuentes alimentarias de Vitamina D? Son la yema de huevo, algunos lácteos fortificados con vitamina D y los pescados grasos como el atún, las sardinas, el bacalao y el salmón. En cuanto a los suplementos dietarios o las pastillas que contienen esta vitamina, hay que tener cuidado. Primero los debe indicar un médico en base a un estudio previo del paciente para confirmar que existe una deficiencia que justifique su uso. “Tiene indicaciones precisas y debe ser prescripta cuando está en déficit, ya que de otra forma puede provocar efectos adversos severos”, indicó la farmacóloga Lucila Unías.

Fuente: https://www.lagaceta.com.ar/nota/889582/actualidad/tucuman-crecio-venta-formulas-para-dietas-ansioliticos.html

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