Para el FMI la meta inflacionaria original del Gobierno era “muy optimista”
El director del Departamento Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, aseguró este viernes que la meta original que estableció el gobierno argentino de reducir la inflación a un dígito en un espacio de cuatro años “era muy optimista” y opinó que el cumplimiento de ese objetivo puede llevar al menos 6 años, en 2021.
“Las metas originales que había planteado el gobierno eran ambiciosas y lo importante es que la tendencia y dirección se mantenga, pero claramente los procesos desinflacionarios desde niveles del 40% para llegar a un dígito han tomado tiempo en la región“, dijo Werner este viernes al mediodía durante una conferencia de prensa celebrada en Washington el marco de la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial.
A modo de ejemplo citó el caso de México, donde llevo “tal vez 6 años“, y el de Colombia, con un período más prolongado. “Tratar de llegar a un dígito en cuatro años era muy optimista. Y sí, es difícil“, dijo el directivo del organismo multilateral al ser consultado por la prensa respecto al objetivo fijado por el gobierno de Mauricio Macri en materia de inflación.
En enero de 2016, el entonces ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay definió las metas inflacionarias y estimó que el Gobierno iría reduciendo la inflación gradualmente hasta llegar a un 5% anual en 2019. Sin embargo, a fines de 2017 ya con Nicolás Dujovne en el cargo, la administración macrista redefinió los objetivos y dispuso que llegaría al dígito recién en 2020, un año antes de lo que anticipa el FMI.
El director para el Hemisferio Occidental del FMI agregó incluso que “en países que han avanzado con consolidaciones fiscales tal vez más rápidas, también hemos visto rezagos importantes“.
Sobre la política “gradualista” que lleva adelante el gobierno, Werner dijo que esta opción “se le presenta a Argentina en un contexto de mercados de capitales internacionales muy diferente” al que enfrentaron en su momento otros países de la región para bajar la inflación, como le ocurrió a México tras la crisis del Tequila en 1994.
“El gradualismo también es una opción que hace sentido en un contexto de mercados financieros con abundancia de financiamiento y obviamente presenta sus riesgos porque tiene como resultado su contraparte en una cuenta corriente, en un déficit más abultado, que en un escenario de riesgo en el cual el financiamiento externo se complique, eso va a tener que ajustarse y podría impactar en el desempeño de la economía“, advirtió Werner.
FUENTE: Ámbito