Una protesta incoherente
Por Tec. Gabriel Alejandro López Pepa
Al igual que sucedió en otros países la Argentina no estuvo exenta de su marcha contra el denominado aislamiento social preventivo y obligatorio.
Es que un grupo de manifestantes, a decir verdad menos de 100 personas, se juntaron al grito de «Libertad» haciendo referencia a la conmemoración del día patrio.
Pero estas acciones de patrióticas no tienen nada, el incumplimiento del aislamiento genera riesgos en la sociedad y este grupo de pocas personas puede incentivar de forma incorrecta a que otros quieran seguirlos en el afán de poner en práctica un reclamo.
En Argentina el reclamo y la protesta son permitidos dentro de los estándares correctos de un reclamo normal, pero en este contexto de Covid-19 salir a la calle con carteles parece un acto poco solidario y bastante egoísta.
El reclamo de los escasos manifestantes, los cuales, en su mayoría, se encuadran por edad dentro del grupo de riesgo (65 años o más) hacía alusión a que el Presidente respete la constitución y lo que muchos periodistas y teóricos pusieron en el tapete de la discusión, las libertades individuales.
¿Acaso en un momento donde se precisa de la mayor comprensión y solidaridad para con la sociedad por una pandemia que afecta a la misma estarían pidiendo de forma egoísta por sus propios intereses?
La respuesta es simple, con o sin pandemia la sociedad y sus clases pujan por intereses que no siempre se encauzan de forma colectiva y solidaria. Más bien en su mayoría los intereses priman por sobre las causas globales y hacen con ello que por tres personas reclamando se «contagie» un reclamo de base inexistente.
Debemos pensar los argentinos en este momento y poner a conciencia el hecho de que estamos en un contexto complejo. El mundo entero enfrenta una enfermedad hasta el momento sin cura y ello merece de la solidaridad y la responsabilidad de todos.