Ya cuesta lo mismo viajar en avión que en colectivo

El auge de las líneas aéreas y la quita de subsidios a los ómnibus desfasaron costos.Volar a Buenos Aires desde Salta sale $300 más que por vía terrestre. A Córdoba no hay diferencia.

Los viajes en colectivos de larga distancia dejaron de ser un negocio para las transportistas y para los pasajeros. En la actualidad, el traslado en avión a distancias de más de 600 kilómetros tiene prácticamente el mismo precio, y en algunos casos cuesta menos que en ómnibus.

El desfasaje de un sistema que estaba altamente subsidiado por el Estado y el exponencial incremento de ofertas de las líneas aéreas pusieron en jaque el transporte comercial vía terrestre, que año a año va perdiendo usuarios.

Un recorrido por las páginas de internet de las distintas empresas de colectivos y aerocomerciales da cuenta del panorama sombrío que atraviesan las primeras.

Por ejemplo, un pasaje de Aerolíneas Argentina desde Salta (después del 5 de mayo, por las obras que se realizan en la estación local) a Aeroparque, en Buenos Aires, tiene una tarifa regular de $2.915, o económica de $2.713, mientras que el boleto de colectivo al mismo destino sale $2.630. La mínima diferencia en el valor se compensa con las 17 horas de viaje que ahorra quien elige volar.

Ir en avión desde Salta hacia Córdoba hasta puede resultar más barato. Hay ofertas de Aerolíneas hacia esa provincia de $1.437 (el precio regular es $1.609) y las empresas de ómnibus cobran alrededor de $1.600 por el mismo traslado.

Volar a Bariloche sale $600 más económico que por colectivo, que insume unas 36 horas atravesar por ese medio casi todo el país.

El viaje por vía aérea a San Miguel de Tucumán es la excepción, porque aún no hay un viaje directo hacia esa ciudad, sino que se debe hacer un transbordo en Córdoba. En esas condiciones el pasaje cuesta $2.434 mientras que en colectivo tiene un precio de $615.

A pérdida

Desde las cámaras que agrupan a los empresarios colectiveros advierten, desde hace tiempo, que hay una “crisis” en el transporte de larga distancia.

 

En una reciente entrevista con la radio cordobesa Cadena 3, el presidente de la Cámara Empresaria de Larga Distancia (Celadi), Mario Verdaguer, sostuvo que “el primer y principal problema” es el advenimiento de los vuelos low cost (bajo costo), que genera “una precarización” en el sector.

A ello hay que sumar el creciente aumento de costos que deben afrontar las transportistas, tanto de sueldos como de insumos.

“Tratamos de adaptarnos, pero habría que pensar un sistema multimodal y hacer un transporte de media distancia, porque estamos ante un grave inconveniente”, dijo Verdaguer.

“Hasta los 600 kilómetros de distancia, el transporte aéreo no es competencia para el terrestre”, explicó el dirigente empresarial y recordó que los colectivos muchas veces circulan con menos de la mitad de los asientos ocupados.

Unos 15 millones de pasajeros menos

La pérdida de pasajeros de colectivos de larga distancia es incesante desde 2011, cuando el sector transportó casi 52 millones de usuarios, de acuerdo a datos del Ministerio de Transporte de la Nación. En 2016 la cantidad de pasajes comprados llegó a 36.412.000. Para 2017 las cámaras empresarias del sector estimaron que la merma en la cifra de transportados rondó el 9% con relación a 2016.

El promedio de butacas ocupadas en los servicios de larga distancia es menor al 50% y la flota de colectivo es de cerca de 5.000 unidades, con una antigüedad media de 3 años.

A la par, las aerolíneas suman todos los meses clientes, de la mano de la “revolución de los aviones”, como denominó el Gobierno nacional a la oferta de rutas aéreas que lanzó, a la par de la promoción del sistema low cost (bajo costo). El año pasado se trasladaron en aviones más de 27 millones de pasajeros, un 15% más que en 2016 y 24% más que en 2015.

El mes pasado el tráfico de pasajeros en los aeropuertos argentinos tuvo un incremento interanual del 13% y se llegó a los 3,3 millones de viajeros. En marzo, el aeropuerto de Salta registró un alza del 7,9% comparado con el mismo mes de 2017.

Ante el panorama de crisis para un sector y bonanza para otro, se abre un interrogante: si el negocio del colectivo no funciona, ¿qué pasará con las 900 localidades a los que llega solo ese servicio? ¿Se convertirán en pueblos fantasma, como ocurrió en muchos lugares al irse el tren?

Fuente El Tribuno

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